Si a Mart??n Varsavsky de Fon se le ocurriera esta idea, ya tuvieramos m??s de 5.000 sillas amarillas en Espa??a.Descubriendo que su red abierta estaba siendo utilizada por sus vecinos, la dise??adora india Anab Jain quiere reflejar con este experimento lo poco que conoce a la gente que vive alrededor y que entra en su red. Para poder romper con el anonimato, estableci?? un punto de acceso accesible desde fuera de su casa y para ello le ofrece a los transeuntes una silla. As?? mismo la autora del experimento hizo una pel??cula “Yellow Chair Stories” contando la historia de los usuarios de la silla amarilla.