El Desempleo Tecnológico

En el siglo XIX los obreros amenazados por las maquinas que vendrían a reemplazar sus puestos de trabajo formaron una revolución. Se les llamó Ludistas por su líder ficticio Ned Lud, inventado para que la revolución no fuera descabezada.  El ludismo representaba las protestas de los obreros contra las industrias por los despidos y los bajos salarios ocasionados por la introducción de las máquinas. Estas revueltas eran desorganizadas y los obreros atentaban contra las máquinas destruyéndolas.

Hoy en día es bien sabido que cuando se habla de productividad, se habla de buscar cualquier automatización para optimizar el uso de mano de obra y mejorar ingresos, lo contrario sería Ludismo o Neoludismo.

Cuando se crea desempleo debido a que el ritmo con el que conseguimos nuevos métodos para economizar la mano de obra y aumentar la productividad  es más rápido que el ritmo para darle valor o conseguir nuevos usos a nuestros puestos de trabajo se le denomina Desempleo Tecnológico, este tipo de desempleo es el que hablaba Maynard Keynes en su ensayo de hace más de un siglo llamado “Las Posibilidades Económicas para nuestros nietos” [1].

Los trabajos no desaparecerán, se transformarán en otros. La primera revolución industrial fue impulsada por la máquina de vapor y la mecanización, la segunda por la línea de montaje de Henry Ford y la tercera revolución, fue en la decada de los ‘70s, cuando los ordenadores revolucionaron los lugares de trabajo. Desde entonces las oficinas, que en economías maduras emplean al 30% de la fuerza laboral, se han resistido enormemente a las mejoras en la productividad.

El futuro es de la automatización y eso es lo que llevo persiguiendo hace un par de años cuando hice mi primera modesta inversión en Buffer y que siguió con mi inversión en The Brands Riders y otras que estoy evaluando en este momento en la misma área. Google y su apuesta por la robótica, por Nest o su inversión en los coches sin conductor o Uber hace que no me sienta solo en esta cruzada anti-ludista.

Mi apuesta va por la automatización de procesos ya sean personales o de negocios, todo lo que vaya a ayudar a esa re-imaginación con la que nos deleitó Mary Meeker en el 2012 [2] y que hemos padecido en esta última década, así como la automatización de todos los puestos de trabajo que tengan mayor probabilidad de automatizarse. [3]

Si voy a invertir en algo, es en el futuro ya que el presente está muy saturado. Mi visión puede ser considerada neoliberal o impersonal, la verdad es que estoy menos interesado en decidir el sistema económico por el cual me puedan juzgar que el de crear las oportunidades para que la realidad inminente tome sus propias decisiones.

Si quieres ampliar mas información, aquí os dejo algunas fuentes que sirvieron de lectura e inspiración al escribir este artículo.
http://www.economist.com/news/briefing/21594264-previous-technological-innovation-has-always-delivered-more-long-run-employment-not-less

http://blogs.barrons.com/techtraderdaily/2014/01/14/google-its-automation-its-connectivity-its-smart-people-street-mulls-nest-deal/

http://www.kpcb.com/insights/2013-internet-trends

http://www.ecnmag.com/articles/2013/10/4th-industrial-revolution-upon-us

http://www.wired.com/insights/2013/10/how-digital-labor-will-drive-the-third-industrial-revolution/

http://www.thebaffler.com/past/practical_utopians_guide

About Alberto Benbunan

Padre. Marido. Hijo. Hermano. Amigo. Co-Fundador de Mobile Dreams Factory. Presidente del Jewish Business. Profesor del IE Business School.