Google ha lanzado hace unas semanas, una herramienta llamada Inbox, así de contundente y claro es el nombre del nuevo producto de Google. El futuro ha llegado y Gmail ya es un producto maduro que ha conocido en el campus de Google a la pequeña Google Now y entre los dos han tenido a Inbox. Inbox es la mezcla de estos dos productos de Google. Igual que Google Now, Inbox clasifica, busca y presenta todas las actividades que son extraidas de otros productos de Google, como el calendario o la libreta de contactos. Inbox organiza y presenta de una manera intiutiva los correos para que su procesamiento sea menos tedioso. Lo bueno de Inbox es que convierte nuestra bandeja de entrada en un lugar donde las cosas ocurren y no donde las cosas se contemplan. El procesar correos va de tomar decisiones y no de borrrar, responder, borrar, archivar.
Inbox empezó hace más de 2 años, cuando el equipo de Gmail estaba imaginando el futuro del correo: “Tenemos que dar un paso atrás” dijo Alex Gawley, Director de Product de Gmail e Inbox “El correo se inventó hace tiempo. El mundo ha cambiado muchísimo. Gmail llegó 3 años antes del iPhone! Amamos nuestro correo, pero hay problemas que tenemos que solucionar.”
Cuarenta años tiene el correo electrónico y de él hasta se han escrito libros, hoy en día ocupamos la mayor parte de nuestro tiempo procesando los correos, como si ese fuera nuestro trabajo. Hoy, casi el 60% de las empresas de mediano tamaño en Estados Unidos utilizan Gmail para sus correos electrónicos y el 92% de las startups también lo utilizan. Gmail se pudiera decir que es el mayor competidor del presente y quizás del futuro de los productos de Microsoft o IBM. Pero es muy difícil dar un salto perceptible en la innovación de esta herramienta sin que esto disminuya la utilidad derivada de la herramienta.
“El correo se inventó hace tiempo. El mundo ha cambiado muchísimo. Gmail llegó 3 años antes del iPhone! Amamos nuestro correo, pero hay problemas que tenemos que solucionar.”
La razón de sacar Google Inbox como una herramienta independiente pudiera estar basada en una ley económica y en un dilema.
La ley
La ley de la utilidad marginal decreciente, para poder explicar esto, creo que el mejor ejemplo sería el de un restaurante tipo buffet, de esos de “all you can eat”. El primer plato, que lo llenas hasta arriba está buenísimo, y si tuvieras que valorar el plato en 11870 o en TripAdvisor dirías que le das un 10, pero luego, un poco mirando a tu bolsillo y no a tu barriga, ya después de haber saciado tu hambre, te decides a buscar otro plato. En ese momento, como ya no tienes el hambre que originalmente tenías cuando fuiste seducido por el maitre del restaurante decides valorar ese plato con un 7 sobre 10. Muchas personas pararían en ese momento, pero digamos que vas a buscar un tercer plato de comida, y tu utilidad ya ha bajado casi a 4/10. Si sigues comiendo eventualmente llegarás a un punto que tendrás que vomitar provocando insatisfacción e inutilidad. Estos restaurantes te seducen ya que saben que cada plato adicional de comida proveerá menos utilidad que el anterior, y a pesar de esa seducción, muchas personas comerán solo hasta que la utilidad derivada sea un menor que la original.
En Gmail, cada característica que se añada a la herramienta proveerá menos utilidad que la anterior, por lo que utilidad derivada será menor que la original y no valdrá la pena… Entiendo que por eso las características nuevas de Gmail las meten en un saco llamado Gmail Labs.
El dilema.
El dilema del innovador, que habla de si hacer caso o no a los que digan los usuarios, o simplemente fijarse en las necesidades que ellos tengan. Por lo general cuando hablamos de innovación, hablamos de lo que puedan necesitar los usuarios, y si ellos estarán interesados en lo que se les ofrezca, ya que el producto resultante será nuevo y no sabrá que utilidad tendrá sin una demanda a la que poder ofertar. Esto es lo que expone Clayton Christesen en su libro “El dilema del innovador”.
En Gmail, las nuevas aplicaciones (léase Mailbox ((Mailbox fue adquirida por Dropbox)), Mail Pilot, Boxer, Acompli entre otras) no se plantean el dilema del innovador por que no tienen nada que perder.
Pero basado en este concepto, Google Wave también podría haber sido una aplicación disruptiva de Google, pero ¿Tendrá Google Inbox la misma suerte que tuvo Google Wave?
Simple y Usable.
Existen muchas formas de hacer las cosas simples, y Google Inbox promete hacerlo con los 4 principios de simplicidad((Los 4 principios de simplicidad están basados en el libro de Giles Colborne: Simple y Usable)): Quitar, Organizar, Esconder y Desplazar.
- Quitar. Deshacernos de aquello que no sea esencial en la aplicación. Esto podría aplicar al contenido también, como el lenguaje, etiquetas, etc.
- Organizar. Es arreglar aquellos elementos de la interfaz para que puedan enmarcarse en bloques lógicos. Esto podría también estar basado en el modelo mental de una persona o por ejemplo en el comportamiento del segmento que usa la aplicación.
- Esconder. Colocar los elementos mas importantes al alcance y quitando de la vista aquellos que no son tan usados o necesarios, haciendo obvio la importancia de algunos elementos.
- Desplazar. Mover algunas funcionalidades a otros dispositivos, haciendo que la interfaz no necesariamente tenga que ser responsable de mostrar todas las posibles interacciones, sino aquellas que sean necesarias.
Claramente, el equipo de diseño de Inbox busca esa simplicidad, pero no se si lo logren con esta nueva herramienta. LLevo un par de semanas usándolo y mi mayor problema es cambiar mi organización mental ya que el nuevo inbox agrupa correos similares para su procesamiento, quizás lo que tenga es que desordenar mi mente para poder ordenarla nuevamente. Usando la misma clasificación de Giles Colborne, esto hablaría del Organizar. Para mi el mayor tiempo de mi curva de aprendizaje lo he invertido en Organizar.
Siguiendo con la misma clasificación, pudiera decir que han hecho muy bien lo de quitar y esconder, moviendo todo lo superfluo y enfocándose en el procesamiento del correo, que va de archivar, borrar, delegar o pasarlo a la lista de tareas. Aquí me faltaría una integración más profunda con el calendario y un gestor de tarea en lo que cabe, mas completo.
El desplazar está excelentemente logrado aprovechando el comportamiento móvil y la contextualidad que el correo en el móvil nos presenta, incluso pudiera asegurar que Inbox fue concebido “Mobile First” y ahí es donde está su mayor valor.
¿Lo has probado? ¿Qué opinas del futuro del Correo Electrónico? Si te animas, alguna invitación puede que me quede.